MVP: Ya no voy a comer con Ernest...

Este va a ser un fin de semana raro, tengo y no tengo ganas de carreras. Quiero y no quiero que llegue el último Gran Premio de la temporada. Y es que en Cheste van a cambiar cosas, cosas que harán que cuando las motos vuelvan a rodar , algo haya cambiado para siempre.

Será raro, no digo ni mejor ni peor, raro cuanto menos encender la tele y no equivocarme de canal los primeros días . Encender la tele y ver que las motos no están en la que hasta ahora ha sido su casa durante más de un cuarto de siglo.

Su casa y la de todos los que amamos el mundo de las motos, los que llevan amando desde antes casi de tener conciencia o los que se han ido sumando durante cada Gran Premio, que la mosca de la 1 ha ido colando en nuestros hogares para ser uno más...

El año que viene “Ya no voy a comer con Ernest”. Ni con él, ni con Marc Martín, ni con Alex Criville, ni con 12+1 Ángel Nieto, ni Denis Noyes nos volverá a llevar a todos al rodeo junto con Izaskun Ruiz. El año que viene el mundial no estará en la primera, y será la primera cosa que voy a añorar la próxima temporada

La primera, el lugar donde hemos visto crecer la leyenda del motor español, que nos ha brindado con maestría y profesionalidad los momentos más bonitos como el triplete de un año perfecto, o los más amargos como la reciente marcha de Simoncelli.

Dice el refrán que otros vendrán, pero es que creo que expreso las palabras de muchos, que no querían que vinieran otros a hacer lo que hasta ahora esta funcionando como la moto más perfecta de la parilla. Ellos casi siempre al100%, no tienen problemas en la vuelta de calentamiento, pero están ahí para que veamos el montaje express de la 93 de Márquez, para que oigamos como se sienten los principales actores en pleno desarrollo de la escena que es cada carrera.

Como todos los asuntos importantes en este país en su trabajo, nunca llueve a gusto de todos, para unos parciales de unos, para otros próximos a los otros, pero siempre en post de acercarnos ese detalle que le diera su especial toque de calidad, esa personalización que hacía que las retransmisiones de un Gran Premio tuvieran un sello que no se si van a tener.

Nos han enseñado, al menos a mí lo han hecho, en cada entrenamiento, en cada warp um, en cada lucha contra el crono, en cada pelea por los puntos, como la palabra enriquecía a la imagen, como la imagen daba sentido a veces a las palabras.

Y pienso que el año que viene ya no voy a comer con Ernest, no voy a cerrar el domingo sentada en el Moto GP Club, ni voy a tener ojeras moteras por ver en directo cada madrugada de martes Paddock GP y sus rincones no vistos del mundial, y sus espectaculares musicales

Eso que no dan ahora, no sabemos si lo harán los que lo vengan, o sí algunas caras volverán a acompañarnos una mañana, tarde o madrugada de carreras, no lo sabemos, pero aunque cada profesional le pone su sello, el cuño del equipo de RTVE, permanecerá por mucho que la mosca de la tele diga que estamos viendo otra cadena.

Y digo RTVE, por que en un GP, no sólo están los Ernest RiveraFacts, ni las predicciones de Nieto, está también la voz de David Figueira, que fue el primero que me explico como funcionaba lo que no se ve de un mundial en una sala de prensa. Están todos los que captan el detalle que pasa imperceptible para casi todos las miradas, esas pequeñas cosas que nuestros ojos no ven, y los que desde las tripas de un camión dirigen la sinfonía de imágenes que hace que desde casa disfrutemos ese momento. Ellos , además de los que han estado en el pasado, disfrutando con su trabajo ( Miguel, Ainhoa, Desiree, Valentín...) y haciéndonos con ello disfrutar a nosotros.

Se marchan, dejando alto el listón, con la esperanza de volverlos a encontrar en el camino; en algunos casos muy pronto; sabiendo que como he dicho antes otros vendrán. Otros, que pondrán todo su empeño, su talento, sus medios, su profesionalidad, pero que le darán un aroma diferente al que hasta ahora estamos acostumbrados.

Pienso que ya no voy a comer más con Ernest y su gente y no voy a ponerme triste. Pienso en todos los mediodías que hemos compartido y solo me queda darles las gracias, gracias por todo lo que nos habéis contado, gracias por como lo habéis contado.