MVP:Si el dolor pudiera oírse

Madrugada española, mediodía en el otro confín del mundo, preparada junto con mis amigos moteros para ver a su lado sin estar a su lado una nueva carrera, cuando algo pasa, un nuevo revés para uno de los nuestros, menos grave que las heridas de batalla de Sergio o Héctor, pero tan grave como para retirar del campo de acción al irreductible rey de Esparta, Jorge Lorenzo, que no pudo correr, del que no puedo saber como se sintió, ni cuanto dolor llegó a recorrerle el cuerpo, mientras su mente de ganador asimilaba que no podría seguir compitiendo. Esta vez, muy a su pesar, tocaba retirada. No puedo saber lo que pasaba en Australia, pero si como se sintieron muchos de los que conmigo veían las carreras, puedo sentir, la desolación de Bell, la tristeza de Vicky, el asombro de Paula, la incomprensión de Tamy y así podría seguir con muchos nombres. Me pongo en su piel y A ellos, va dedicada esta entrada.Como si fuera ellos, escribo una “ Carta”, mi visión particular de lo que creo que ellos te dirían si pudieran hablarle y con ello hacerle sentir que no pasará por este revés solo, aunque creo que de eso no tiene dudas.

Un movimiento, dos movimientos, un zizageo de tu moto, un beso helado al suelo, y todo cambia…

Veo entre penumbras como te levantas y eso me calma, pienso que eres fuerte, más fuerte si cabe que todos los que te rodean, pues te enfrentaste a un mito indestructible que trato de minar tu moral, mientras alimentaba tú sed por ganar, pienso que si eso no pudo doblegarte , tu cita con la trazada de Philip Island, será sólo un susto que me ha despertado un poco más. Cada segundo que pasa sin saber como estas, soy yo la que estoy empezando a sentir el dolor, a sentir como los nervios, no me dejan estar quiet@ y trato de pensar que todo irá bien, para que sientas que estoy contigo. Para pensar en ti, por no pensar en que no sería justo que no haya batalla final en Australia, que no podrás intentar retener tu corona, no tendrás opción de defender sobre la pista, lo que sobre ella conquistaste.

No podrás correr, la justicia no siempre elige el acompañante adecuado, a mi ahora me acompaña la tristeza infinita. La misma que junto con la incomprensión, la perplejidad y el duermevela, se han venido a mi casa de madrugada. Mi casa donde reina el silencio, un silencio tan grande como es la distancia que nos separa y que me esfuerzo en acortar con el pensamiento, desde el fondo de mi caja de sentimientos, poniendo en marcha el motor de la maquinaria espartana, para hacerte oír por encima de tus propios pensamientos el dolor y la tristeza, que pueden oírse cuando es tan profunda como la que desde aquí tantos sentimos.

Un dolor que dura un segundo,eso lo aprendimos de ti, rápido recompuestos para la batalla. Una batalla que ahora es hacerte sentir el cariño,mientras vuelves a casa, poner luz en tus momentos tristes, como tú la has puesto con tus gestas sobre los nuestros.

Por twitter,facebook, o gritándolo al aire, mi grito espartano, unido a muchos gritos espartanos, hará que los malos momentos huyan asustados. Ellos si sentirán miedo, yo pensaré como llenar cada segundo que pase hasta que puedas volver a enamorarme pilotando. Lo haré con mi música para tu recuperación,con mis frases de aliento, con mi fuerza mental, con la fuerza de uno unido a un todo.

Un todo compuesto por más de uno, más de noventa y nueve , por más de 300, un todo tan grande que puede hacer que el dolor se oiga, se oiga y se acalle con un mensaje. Volveremos, mejor y más fuertes.

No lo dudes,yo no lo dudo.