Podría decirse que la carrera de hoy de Moto GP, ha tenido menos protagonismo deportivo que todo lo que sucedió durante el previo. La cita de Barcelona llegaba pendiente de los últimos rescoldos del incidente Simoncelli – Pedrosa, que arrancaba con la confirmación de la ausencia del catalán en su Gran Premio, lo que auguraba un recibimiento caliente para Super Sic.
El italiano, acudió hasta Montmeló con refuerzo de seguridad, pensando que le esperaba algo más que el fuerte concierto de viento que le ha recibido desde la grada cada vez que su nombre sonaba por la megafonía. Marco que pensaba que iba a tener un fin de semana para no olvidar, no se equivocaba , puesto que en Barcelona ha conseguido la primera polé de su trayectoria en Moto GP, por eso no lo olvidará nunca.
Ese fue uno de los temas que dio vida a la previa de la carrera, que después transcurrió con el guión que estaba previsto: Una moto fuera de Honda, un piloto que es muy rápido con cualquier cosa que se pone entre las piernas y que tampoco ha necesitado el periodo de adaptación a su nuevo entorno y frente a él, el nº1, en defensa de su número uno, con sus armas, consciente que su rival tiene más potencia, más medios, pero no cuenta con su particular evolución, que más allá de lo que ha evolucionado la maquina que pilota.
Cada Gran Premio es una lucha de regularidad, nadie te regala llevar más de 25 pruebas estando entre los cuatro primeros, nadie hace ese trabajo por ti, aunque algunos se empeñen en insinuarlo. No siempre se tienen las mejores cartas en la mano, pero pese a eso nunca va de farol y espera el más mínimo despiste de otros jugadores más osados, para hacer su jugada.
En Barcelona, la lluvia pudo animar una cita que arrancó con la salida a por todas de Lorenzo, para dominar hasta que Stoner tomará la delantera y se pusiera a pasear el 27, por el trazado catalán. Al final sin lluvia, no hubo opción a sorpresas. Stoner ganó,Lorenzo defendió su liderato y Spies, despertó ante los ojos de todos aquellos que habían etiquetado su temporada como mala. Yamaha demostró no es que Honda sea superior, lo que hacen superior esa marca son Pedrosa y Stoner, y ante la ausencia de uno de ellos, tuvo más peso que su rival, en el podio definitivo de la carrera y de paso araño diferencia en su particular mundial de marcas.
Fuera del podio, no fue un buen día para los españoles. Sobre todo para Elias que no acaba de encontrar el camino, los reglajes y su sitio, en la categoría de los campeones.
También fue curioso comprobar, como Simoncelli corrió anestesiado, o atenazado y fue menos fiel que nunca a su particular forma de pilotar. Curioso como ante la posibilidad de adelantar a su amigo Rossi, puso el modo reflexivo en marcha y se lo pensó, se lo pensó tanto que al final no pudo hacerlo.
Pero además de todo esto, ni en la pista, ni en el box, ni en las gradas la gente se olvido de Pedrosa, el protagonista ausente. El que no corrió y que estuvo en boca de todos. Demasiada niebla alrededor, demasiadas dudas. Donde estaba, lo vio o no lo vio, por qué tuvo una recuperación tan lenta, estará en Inglaterra. Dudas, demasiadas, que no vendría mal que fuesen despejadas, pero que no tienen que ocultar, que sin Pedrosa, nada de lo que pasa es igual. La gente añora su aportación al espectáculo, sus compañeros esperan que se acabe el particular via crucis de lesiones y contratiempos, para que demuestre lo que tiene dentro. Lo quiere Casey, lo quiere Lorenzo, todos quieren batirse con los mejores al 100%. Los mejores, los que son protagonistas sin estar, como pasa a los grandes.
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